
Una de las más importantes razones es que el encuentro personal real y auténtico se viene debilitando. La comunicación es cada vez más escueta y simple, las relaciones son más superficiales y hay mucho más distracciones para poder ver lo esencial del ser humano. Los seres humanos necesitamos conocernos entre nosotros de manera más auténtica y profunda, y así descubrirnos unos a otros. Es también a través de esta dimensión comunitaria que podemos encontrarnos con Dios (quien nos revela lo grande que somos y tenemos) y ser Dios, al mismo tiempo, quien nos apoya con su gracia para poder enriquecer nuestras relaciones. Hay que entenderlo bien entonces, no estamos solos, NUNCA.
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